Sus inicios datan del siglo XIV, las personas de la hermandad, formada por 10 hermanos, bajaban a los caminos del pueblo y ofrecían vino a los gañanes; éstos les daban limosna. También iban casa por casa llamando a las puertas y tocando con una campanilla y a la voz de ¡Ánimas¡, la gente salía de su casa y les daban dinero, confites o cualquier otra cosa que luego por la noche se vendía en el baile.
Actualmente sigue siendo igual, manteniendo la esencia pura de sus principios. El hermano mayor o "Animero Mayor", manda o dirige al resto de la cofradía y tiene potestad para denunciar o multar a cualquier persona que encuentre en su recorrido, simplemente con pronunciar la fórmula: "Yo te denuncio", ante esta sentencia, la persona multada si desea continuar su camino, debe depositar la multa, que suele oscilar de 5 Euros a 100 Euros.
Esto se sucede durante toda la mañana y hasta el mediodía. Por la noche tiene lugar el "Baile de Ánimas", en un lugar cerrado. Los hombres deben pagar una entrada simbólica, mientras que las mujeres acceden gratuitamente el recinto.
Al Hermano Mayor, le corresponde abrir el baile con una "jota manchega". A partir de ese momento todos los asistentes pueden bailar, ante la duda de poder ser multados por el hermano mayor, que interrumpe el baile, al grito de ¡Ánimas¡, e impone una multa a la infracción que cometa. Normalmente los hombres por el método de la puja, son los que compran los bailes, y si otro, junto a su pareja, quiere pujar por una determinada canción aún estando esta ya empezada puede hacerlo, subiendo el valor inicial de la puja, transcurriendo el baile hasta la madrugada.

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